lunes, 9 de junio de 2014

Un artículo del diario EL MUNDO habla acerca de nuestro singular negocio

El pasado día 6 de junio, el periodista del diario EL MUNDO David Muñoz Sastre nos brindó con este excelente reportaje relativo a nuestra tienda de periódicos antiguos, lo que contribuye a hacer más y mejor difusión de nuestro negocio.
Para el disfrute de los lectores, nos permitimos la transcripción de dicho artículo, incluida la fotografía de cabecera. Igualmente, aprovechamos la ocasión para agradecer de todo corazón esta oportunidad ofrecida así como su especial interés hacia nosotros.

Periódicos imperecederos

En la Prensa de Aquel Día, un local especial en el Raval. ANTONIO MORENO

DAVID MUÑOZ SASTRE. Barcelona

En el corazón del Raval hay una puerta que da con el siglo XX. Para acceder a ella basta con entrar en el número 44 de la calle Joaquín Costa. Los estantes del local, llenos de periódicos antiguos perfectamente ordenados, sostienen lo acontecido, lo vivido. De las paredes cuelgan porciones de historia pura. Símbolos en forma de diario o revista que aguardan la llegada de los más curiosos en busca de un ejemplar. Quizá el de la llegada del hombre a la luna. Quizá una portada de la actriz Marilyn Monroe. O, lo más habitual, el ejemplar del día que uno nació. Por acontecimientos no será.

En la prensa de aquél día. Así se llama el negocio que Roberto Costantini y Rosa Urue pusieron en marcha hace 20 años. Su intención era traer a Barcelona algo que ya se hacía en Bruselas o París. Para ello lo primordial era conseguir la materia prima: las principales publicaciones originales, la mayoría editadas en Barcelona y Madrid, desde 1900 a nuestros días -y alguna, incluso, anterior-. A base de adquirir los ejemplares de coleccionistas y gente que los había guardado casi sin darse cuenta, el archivo fue creciendo poco a poco hasta sumar hoy miles y miles de números de El Noticiero Universal, El Mundo, La Prensa, Diario de Barcelona, Destino, Semana, Hola o D'ací d'allà, entre otros. El almacén de la tienda está tan lleno que prácticamente no permite guardar los diarios actuales.

Como no podía ser de otra forma, "siempre han habido libros y periódicos en casa, nunca ha faltado la pasión por leer", asegura Ágata Costantini, hija y ahora responsable de la tienda familiar, junto a su otra hermana. Ese amor por la lectura, unido a la casualidad de haber topado con las mismas iniciativas europeas, explica la apuesta que la familia ha hecho por la prensa histórica. Y siempre tratándola con mimo. Desde que se reciben los ejemplares -se limpian y planchan los más defectuosos antes de ser catalogados- hasta que un comprador se hace con ellos -se envuelven en carpetas elaboradas a mano, firmadas y con una breve descripción del contexto histórico de la publicación. Son, al fin y al cabo, símbolos.

El negocio, reconocido dentro del Raval Cultural, aprovecha un doble valor: ser la única tienda física que ofrece periódicos antiguos en España y contar con ejemplares totalmente originales. Ello les permite vender unos 30 números por semana, la mayoría a personas de toda España que persiguen un regalo especial: obsequiar a un familiar o amigo con el periódico de su nacimiento para mostrarle qué ocurrió el día más especial de su vida. "Mucha gente que recibe un regalo de este tipo acude a la tienda pocas semanas después para hacer lo propio", confiesa Ágata Costantini.

Aunque contemplar la historia que desprende la tienda tiene su qué, los pedidos telefónicos y por internet son mayoritarios. Tanto es así, que entre pregunta y pregunta, una señora pide, por teléfono, si tienen La Vanguardia del 11 de junio de 1964 para hacer un regalo. Ha tenido suerte, pues sí lo tienen y en los próximos días lo recibirá en casa. Pero es inevitable que, a veces, no haya el ejemplar demandado o que éste sea el último y, por tanto, que venderlo cueste más: "Sabes que es el último número y que difícilmente volverás a conseguirlo".

Vale lo mismo el ejemplar con la portada que anuncia la muerte de Adolf Hitler que el de un día que no ocurrió absolutamente nada relevante: 44 euros. "Lo importante es el cliente y el regalo que éste pueda hacer, no sería justo venderlo más caro por contener un acontecimiento más importante", justifica Ágata Costantini. Las revistas, sin embargo, tienen un precio más bajo: si son más antiguas, como La Esfera que adquirió hace unas semanas un señor de 98 años para regalársela a su mujer, 30 euros;mientras que las contemporáneas, 20.

Cuando la revolución digital parece serlo todo, En la prensa de aquél día se resiste a abandonar lo analógico, lo tradicional. Y es que hasta la gestión del catálogo se hace a mano. Ni excel ni otros programas informáticos. Unas carpetas repletas de papeles con tablas y números escritos a lápiz, en función del mes, año y publicación, son la herramienta que les permite llevar los cálculos de los ejemplares que tienen y los que venden: "Y de momento, seguiremos haciéndolo así porque funciona". Sin duda, ésta es una muestra más de los encantos de un local que nos sumerge en el periodismo del pasado. Es decir, en la historia.

@Indrets

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