La presente portada se corresponde a un ejemplar del semanario "La Revista Moderna", concretamente el número 36 fechado el 6 de noviembre de 1897 y en ella se observa la ilustración de una castañera. En las publicaciones de aquellos tiempos era habitual mostrar escenas populares cuando se aproximaban fechas señaladas. Finalizamos octubre y nos acercamos al 1 de noviembre, festividad de Todos los Santos. Una tradición todavía vigente en nuestro país durante las estaciones de otoño e invierno es la entrañable Castañada, cuyos orígenes se remontan en época medieval y tiene una clara relación con el día de los Fieles Difuntos. Antaño cuando se rezaba por los difuntos, durante la noche se tocaban las campanas de las parroquias y conventos. Ello suponía un gran esfuerzo para el campanero, el cual reponía fuerzas comiendo castañas, el fruto más abundante de otoño. Como el número de campanarios era elevado en aquellos tiempos al campanero se añadían las personas y familiares más allegadas, en un afán de querer compartir con él sus penas y sus gozos, todos acababan comiendo castañas. Fue a partir de entonces que las familias lo tomaron como una tradición.
A partir del siglo XVIII se extendió esta costumbre por toda España, lo que convirtió la castaña en un negocio rentable que propició la aparición de las entrañables castañeras. Actualmente todavía se pueden ver paradas por las calles. Ya en pleno siglo XXI, las castañeras no siempre son ancianas sino también mujeres jóvenes, hombres y también inmigrantes procedentes de otros países que han recogido esta tradición de otoño, antaño prolongada durante todo el invierno. Desde hace algunos años la tradición de Halloween se ha ido imponiendo pero en muchos casos se ha mezclado con la Castañada hasta el punto de poder hablar de un Castaween, donde ambas cosas conviven mutuamente.
A todo ello una vez queremos más aprovechar la ocasión para promover en fechas señaladas la adquisición de un periódico o revista original del día de nacimiento de esa persona tan especial, acompañada de una carpeta de presentación personalizada con las iniciales en dorado del nombre y apellidos de la persona a la que va dirigida. Siempre existe una buena razón para ofrecer un regalo diferente, original, único e irrepetible como es un ejemplar de prensa antigua.