Portada del número 1
Rafael Roldós Viñolas fundó en 1872 la agencia de publicidad Roldós y Compañía, que se dedicaba en gran medida a la inserción de anuncios en prensa escrita. Años más tarde, con el propósito de darle más profundidad al negocio publicitario, decidió editar su propio periódico para poder publicar él mismo los anuncios y no desviar totalmente el flujo publicitario hacia los otros rotativos de la ciudad. Así, el 15 de marzo de 1896 salió en los quiscos de prensa el primer número del periódico “Las Noticias. Diario Ilustrado de Avisos, Noticias y Telegramas”, al precio de 5 céntimos. De carácter vespertino, se editó en castellano y con una línea editorial centrista. Con 50.000 ejemplares, llegó a ser el segundo diario con más tirada de Barcelona, solamente superado por La Vanguardia.
La postura editorial del diario se manifestó siempre abiertamente bajo el epígrafe “Diario ajeno a toda tendencia política” en una época en que buena parte de la prensa era satírica o bien de una tendencia política determinada. Los mismos redactores lo definieron como un “periódico moderno, una ventana abierta al mundo que ya no recoge únicamente las palpitaciones de la capital sino las inquietudes de la humanidad entera. La división es más amplia y la capacidad emocional del lector se adapta a aquélla ensanchándose enormemente sus límites. Nos damos cuenta de que todas las cosas guardan entre sí más relación directa y profunda. Nos sentimos ciudadanos del mundo, individuos de la colectividad humana. Y no nos aislamos poniendo entre nosotros y los demás una espesa muralla de indiferencia. Al contrario. Lanzamos a los cuatro vientos, en un impulso generoso y cordial, los discos de la curiosidad y del afecto. (…) El periódico es el vínculo de unión entre todos los hombres. El ha conseguido aumentar nuestra capacidad emocional y ensanchar los límites de nuestra visión. Gracias a él no vivimos aferrados a la realidad inmediata. Y las cosas van adquiriendo entre nosotros sus verdaderas proporciones. No estamos solos. Ni todo lo que nos ocurre tiene una importancia trascendental. El pequeño chismorreo ciudadano desaparece para dejar paso al comentario de elevados tonos. (…) Es el periódico (permítasenos utilizar un símil de Stendhal) como un espejo que pasa a lo largo del camino de la civilización recogiendo sus diversos aspectos. (…) Enamorados de nuestra profesión, creemos firmemente en el brillante porvenir que al periodismo aguarda. Al acortar las distancias espirituales que separan a los hombres, al convertir a éstos en ciudadanos del mundo, labora el periódico por la paz universal. Al ofrecer sus columnas a los que se creen ofendidos en su dignidad, atropellados en sus derechos o perjudicados en sus intereses realiza una elevada misión de justicia. Al exponer con la mayor claridad y concisión el contenido ideológico de la época ejerce una intensa función cultural”.
Edificio de la redacción del periódico
En un primer momento, la redacción se instaló en el número 19 de la Rambla barcelonesa, mientras que la imprenta estuvo ubicada en el número 14 de la calle de la Guardia. En cuanto a la redacción, contó con firmas destacadas como las de Lluís Almerich, Josep Miró, Emili Tintorer, Màrius Verdaguer, Alfred Pallardó o Manuel Brunet. En 1919, con sólo 22 años, el célebre escritor catalán Josep Pla inició su actividad periodística en la redacción del periódico, justo después de licenciarse en derecho.
En 1918, tras el fallecimiento de su fundador, el diario pasó a manos de dos de sus hijos, Rafael y Ruperto Roldós Gómez, quienes trasladaron el periódico así como la agencia de publicidad al popularmente conocido “Palacio de Las Noticias”, en la Rambla de los Estudios. Durante las dos primeras décadas del siglo XX, fue un diario de referencia en Barcelona. Además de su éxito de ventas, destacó por su ubicación privilegiada, lo que le hacía tener un índice de popularidad superior al de muchos otros rotativos. Muestra de ello fueron las apodadas como las “pissarres de Can Roldós”, unas grandes pizarras en los laterales de la fachada del diario donde se mostraban los resultados deportivos del momento. Frente a estas se congregaba un notable número de personas para saber de primera mano los resultados deportivos y hacer tertulia en la calle o en las terrazas de los bares colindantes.
El 19 de mayo de 1929, con motivo de la Exposición Internacional de 1929 editaron un suplemento especial extraordinario tipo revista titulado “Barcelona y sus exposiciones. 1888-1929” , donde además de informar del certamen también se establecía una comparativa entre la ciudad de año 1888 y la de 1929. Otra publicación complementaria fue el “Suplemento femenino” semanal que salía cada viernes junto con el periódico.
En 1936, con el estallido de la Guerra Civil, los propietarios fueron desposeídos de todos sus derechos sobre las instalaciones del diario para que se constituyera una cooperativa obrera que más tarde procedió a la colectivización de la entidad, incautándose todo el material incluyendo las cuentas corrientes. Durante este periodo, el diario se editó en actuando como portavoz de la UGT.
En 1939 salió el último número ya que no obtuvo permiso para volver a publicarse. Una vez finalizada la Guerra, el diario fue acusado de atacar al Movimiento Nacional. Fue clausurado en 1955 por el régimen franquista por considerarse un diario que “atentaba contra el orden y la unidad de la patria”. Se procedió a la incautación de todo el material de imprenta y la familia Roldós tuvo que malvender sus instalaciones al diario tradicionalista El Correo Catalán, aprovechando el momento en que éste empezaba su expansión y necesitaba mayores tiradas de ejemplares y maquinaria más avanzada.