sábado, 15 de octubre de 2016

Revista EL HOGAR Y LA MODA (1909-1987)


Revista femenina de tirada nacional fundada en Barcelona, el primer número salió en los quioscos de prensa el 7 de junio de 1909. La editó la empresa SGPSA perteneciente a los hermanos Julio y Salvador Gibert y Juan Pijuan. En su época fue una de las sociedades familiares de más prestigio del sector cuyo capital inicial era de tan solo 5.000 pesetas. Sus inicios fueron buenos pero a la vez difíciles. En Barcelona los acontecimientos acaecidos en el mes de julio del citado año conocidos como la Semana Trágica obligaron a paralizar la producción de la revista. Tras ese percance todo volvió a la normalidad, incluso al cabo de un año se aumentó el capital social de la empresa y se incorporó José María Borrás de Quadras, prócer relacionado con el mundo editorial. La empresa se trasladó al número 211 de la calle de la Diputación de Barcelona, en pleno Ensanche, lugar que terminó siendo la sede definitiva. Por el local pagaban 25 pesetas mensuales más 5 pesetas por consumo de luz. Dicho local, además de las oficinas también se instaló el almacén y una imprenta que se ofreció a imprimir los trabajos de la editora a 2,50 pesetas el millar de pliegos.


De periodicidad mensual, esta revista iba dirigida al perfil tradicional de mujer, es decir, principalmente a las amas de casa que buscaban un rato de entretenimiento, la mujer dedicada "a su familia y sus labores". En realidad imita a las revistas de modas que habían triunfado en Francia. Un público exclusivamente femenino, mujeres instruidas, atraídas por la modernidad, abiertas al cambio, pero que no dejaban de lado su dedicación al hogar y a la familia. Ofrecía información sobre decoración, cocina, moda, salud, deporte femenino, etc. Incluía consejos de cómo vestir, patrones y figurines de moda. No tan solo mostraban las últimas novedades en moda si no que también instruían a la mujer en temas de higiene, salud, belleza, paramento del hogar, etc. Incluían también normas de comportamiento, publicidad de productos para el hogar o de higiene personal. Contenía también secciones dedicadas a la costura y confección, con patrones a escala reducida de prendas de ropa como jerséis, faldas, vestidos o abrigos. Estas secciones que tuvieron un gran éxito entre las lectoras hasta el punto de tener que ser ampliadas. También se incluían alfabetos para bordar iniciales o dibujos para labores de punto de cruz, malla o encaje.


Aquellos años fueron fructíferos hasta el punto que se llegaron a tiradas que superaban los 100.000 ejemplares. Además, el mercado se abrió hasta Latinoamérica, con la ubicación de una sede en Buenos Aires (Argentina) para la venta y publicación. A todo ello se sumó un notable aumento de los suscriptores hasta el punto de que conscientes de la necesidad de ampliar los talleres y adaptarlos a las crecientes necesidades de la revista, en 1920 se convirtió en una sociedad anónima. En aquellos años la revista estaba dirigida por la escritora María Luz Morales.
Ante la posibilidad de ampliar sus actividades con la publicación de revistas de diferente carácter, inspiradas todas en el afán de proporcionar a las familias de clase media fuentes de lectura instructiva y educadora, en 1921 editó el suplemento mensual "Lecturas". Ésta fue una revista de actualidades y sobretodo de relatos y novelas que se independizó en 1925 y evolucionó hasta convertirse en la actual revista "Lecturas" de actualidades y de prensa rosa. El motivo de dicha separación se debió a raíz de la escisión de SGPSA en dos entidades: por un lado la SGP (Sociedad General de Publicaciones) que seguía actuando como imprenta, y por el otro HYMSA (Hogar y Moda Sociedad Anónima), bajo cuya cabecera se siguió publicando la revista.


En 1926 publicó el suplemento "Labores del Hogar" nacida como consecuencia del gran éxito entre las lectoras de la sección de labores hasta el punto que hubo la necesidad de editar por separado este suplementos, que finalmente acabó convirtiéndose en una revista independientes y específica.
A pesar de que siempre se mantuvo fiel a una línea bastante tradicional, también se adaptó inevitablemente a los nuevos tiempos. Así, por ejemplo, durante la Segunda República acató los valores relativos a los derechos de las mujeres a la vez que consideró la figura de la mujer moderna e independiente. Incluso llegó a reivindicar los derechos de las mujeres y su espacio en la sociedad. Al estallar la Guerra Civil, con motivo del proceso de colectivización permaneció sin publicarse entre 1937 y 1941, restableciéndose durante la posguerra. En este nuevo contexto el contenido se adaptó a la fuerza a un nuevo panorama autoritario en el cual se regresaba al modelo de mujer tradicional recluida en el ámbito doméstico y su papel exclusivo como ama de casa, en base a la doctrina nacional-catolicista y a los postulados de la Sección Femenina de la Falange.


A partir de los años sesenta y durante los setenta, gracias a la modernización del país, al aperturismo y a la nueva Ley de Prensa se pasó a una situación algo más flexible con la incorporación de la mujer al mercado laboral, razón por la cual las páginas de la revista pretendieron ofrecer un toque de modernidad aunque todavía alejado de los modelos democráticos. Fueron los años en los cuales se intentó construir la nueva imagen de mujer moderna, atenta a las novedades pero aún así mujer de casa o estándar de la época. Ya se concibe a la mujer como una persona más preparada, inquieta, culta y con otra visión del mundo. Sin embargo, al presunto mensaje "feminista" iba ligada en realidad la clara intención de ofrecer una imagen más moderna, abierta y modernizada del régimen franquista de cara al propio país y al exterior.


En noviembre de 1987 salió el último número. La revista desapareció como consecuencia de la imposición de la prensa rosa y de la nueva situación que vivía entonces la prensa dirigida a la mujer. De hecho en 1986, un año antes de su desaparición fue cuando realmente se produjo una auténtica revolución en el campo de la prensa femenina gracias a la entrada masiva de grandes grupos de prensa extranjera. Todos ellos aportaron un concepto moderno y actualizado de lo que era la mujer, muy alejada de los estereotipos tradicionales y abierta a los cambios.