El año 1913 apareció un diario en castellano de tendencia republicana llamado El Día Gráfico. Su nombre se debe a que dedicaba un espacio preferente a la información fotográfica, lo que permitió dar trabajo a los fotoperiodistas. En sus inicios incluía un subtítulo destacado en que se definía textualmente como el “único diario de la mañana ilustrado por el perfecto procedimiento de hueco grabado”. Consideraba la información gráfica como eso, no simplemente un relleno o espectáculo sino una contribución relevante a la difusión de la realidad del ayer que hay que leer pero también ver. La imprenta y los talleres estaban ubicados inicialmente en los números 37, 39 y 41 de la calle de la Boqueria, pero luego se trasladaron en el número 49 de la calle de Muntaner, teniendo la entrada al edificio en el número 8 del pasaje de la Mercè. El creador de este periódico inspirado en el Daily Mirror de Londres fue el industrial eléctrico Josep Pich i Pon, republicano radical que llegó a alcalde de Barcelona y gobernador general de Cataluña, cargo que sustituía el de Presidente de la Generalitat durante el Bienio Negro. El diario destacó especialmente porque incluía fotografías en su interior, concretamente en las páginas centrales, y lo hizo siete años antes que el periódico ABC de Madrid, en unos tiempos en que estas publicaciones tenían muy pocos reportajes gráficos en sus interiores y casi siempre limitados en las portadas. Las dos últimas páginas quedaban reservadas para la publicidad.
Su estructura interior era diferente a la de otros periódicos en cuanto al orden de las secciones se refiere. Así, pues, en las primeras páginas venía la información local, luego los deportes y los espectáculos, y en segundo lugar la información regional, la información nacional y finalmente la información internacional. En las páginas centrales donde se encontraba la información gráfica también se incluían cuentos semanales. Durante los años que duró la I Guerra Mundial, en las portadas mostró muy a menudo imágenes inéditas acerca del desarrollo del conflicto bélico.
Con el paso de los años, fue cambiando el diseño de la cabecera, siempre muy clásica y elegante. Durante algunos años dicha cabecera solía ir acompañada de una imagen de la ciudad de Barcelona que con el tiempo fue variando de perspectiva y de lugar, y también imágenes panorámicas de pueblos y ciudades varias de toda España.
Con la llegada de la II República, la izquierda republicana se vio favorecida por un cierto giro en los principales diarios barceloneses de tendencia republicana y redactados en castellano que decepcionados por el radicalismo se inclinarían a simpatizar por aquellos partidos que posteriormente formarían el Frente Popular. Entre ellos estuvo El Día Gráfico
Con el paso de los años, fue cambiando el diseño de la cabecera, siempre muy clásica y elegante. Durante algunos años dicha cabecera solía ir acompañada de una imagen de la ciudad de Barcelona que con el tiempo fue variando de perspectiva y de lugar, y también imágenes panorámicas de pueblos y ciudades varias de toda España.
Con la llegada de la II República, la izquierda republicana se vio favorecida por un cierto giro en los principales diarios barceloneses de tendencia republicana y redactados en castellano que decepcionados por el radicalismo se inclinarían a simpatizar por aquellos partidos que posteriormente formarían el Frente Popular. Entre ellos estuvo El Día Gráfico
Al estallar la Guerra Civil, la progresiva restricción de papel empobreció las ediciones con menos páginas y fotografías, un formato más pequeño y un diseño de cabecera más funcional y menos clasicista. Sin embargo, se convirtió en un excelente portavoz del bando republicano durante los años que duró el conflicto. Los reporteros gráficos, en su mayoría con un claro posicionamiento liberal, comenzaron a practicar una nueva fórmula de reportaje independiente, donde el fotógrafo pudiese acceder a los lugares donde nunca antes había conseguido llegar. Destacó especialmente el fotógrafo Agustí Centelles. Sus magníficas fotografías del frente catalán durante la Guerra Civil, que tomó con su cámara Leica al modo del reportero moderno, serán impactantes pero aún hoy son, sin embargo, menos valoradas que las realizadas por los corresponsales extranjeros. Su participación en los Servicios Fotográficos del Ejército catalán le llevó al exilio hasta 1944.
Después de aparecer un número especial el 27 de enero de 1939, El Día Gráfico no obtuvo permiso para volverse a editar y desapareció definitivamente.
Después de aparecer un número especial el 27 de enero de 1939, El Día Gráfico no obtuvo permiso para volverse a editar y desapareció definitivamente.