Fundado por el escritor e historiador Ferran Patxot (1812-1859), el 1 de noviembre de 1858 salió a la calle el primer número del diario EL TELÉGRAFO, una publicación que fue reflejo de una nueva época donde empezó la consolidación del periodismo republicano. Editaba dos ediciones, una de mañana y otra de noche. Este periódico fue el principal exponente y vivió la era de expansión del mercado periodístico gracias a la construcción de la red ferroviaria que unía Barcelona con las principales ciudades españolas. El movimiento pre-catalanista de la llamada Renaixença, todavía en lengua castellana, recibió el apoyo tanto de la prensa conservadora como de la republicana, aparte de otras publicaciones que les resultaron más propias.
En 1859 el escritor e historiador Víctor Balaguer escribía crónicas desde Italia sobre la guerra con Austria para este periódico. Otros autores de prestigio que colaboraron fueron Robert Robert, Josep Coroleu, Conrad Roure, Claudi Ametlla, Màrius Aguilar, Àngel Samblancat, Antoni Feliu i Codina, Valentí Almirall, Ramon Sempau y Valentí Camp, entre otros. Durante la década de 1860 se consagró esta nueva oferta periodística de signo republicano a pesar del descenso de este partido político con motivo de la llamada Restauración. Tras la muerte de Patxot en 1859, la dirección del periódico fue sustituida por Marià Flotats. Tuvo mucha influencia social, pues desencadenó violentas campañas ciudadanas contra las autoridades municipales, e incluso fue muy notable la huelga de consumidores de gas que impulsó entre los años 1878-79.
Manuel de Lasarte y Rodríguez Cardoso (cuyo seudónimo era Pere Pau Pi), el viejo amigo de Frederic Soler “Pitarra” que era propietario y director desde la muerte de su creador, Ferran Patxot, agotó su imaginación con nombres provisionales, algunos incluso de larga duración después de cada suspensión: “El Principado” (1866) “La Imprenta” (1871-1878) “La Crónica de Cataluña” (1875), “El Teléfono” (1878-79). Incluso pretendió denominarse “La Cortina”, como venganza contra el fisacl de imprenta cuyo apellido era precisamente Cortina, pero el gobernador civil le resposnió que cualquier otro nombre sería mejor, incluso el de “El Diluvio Universal”.
El 10 de febrero de 1879, el diario EL TELÉGRAFO se consolidó con un nombre tan inesperado como EL DILUVIO, de clara tendencia republicana y anticlerical. Hicieron crecer este diario en influencia y difusión más allá de los movimientos republicanos, hasta el punto de alcanzar una gran audiencia como periódico popular. La redacción, la administración y los talleres se encontraban emplazados en Barcelona. De formato pequeño, se convirtió en una publicación muy popular por las campañas contra la administración municipal y por sus sistemática oposición a todo. Contradictorio e incluso escandaloso como algunos afirman, consiguió ser uno de los periódicos más vendidos de la ciudad. Durante más de treinta años fue director Jaume Claramunt.
Desde el inicio de la Guerra Civil, a medida que avanzaron las tropas franquistas hacia Barcelona durante el mes de enero de 1939, muchos periódicos desaparecieron debido a las dificultades crecientes, entre ellos este mismo diario. El 25 de enero de dicho año cerró definitivamente EL DILUVIO. Su editor, Manuel Lasarte, fue detenido, se le expropiaron sus talleres y murió en la cárcel Modelo de Barcelona.