El 24 de enero de 1965 falleció Sir Winston Leonard Spencer-Churchill, a la edad de 90 años. Considerado uno de los grandes estadistas más importantes del siglo XX, se caracterizó por ser un hombre valiente, impulsivo, rebelde, independiente y sobretodo muy ambicioso. Fueron estas unas cualidades que lo marcaron desde muy joven. Nació en el Palacio de Blenheim en 1874 en el sí de una familia aristocrática. De formación militar, participó en numerosas campañas coloniales del Imperio Británico donde, además, desarrolló su afición literaria, ejerciendo de corresponsal de guerra. Pero su verdadera vocación fue la política. Desde las filas liberales primero, y conservador después, ocupó diferentes cargos en sucesivos gobiernos antes, durante y después de la Primera Guerra Mundial. Su oportunidad llegó en marzo de 1940, cuando el primer ministro británico Neville Chamberlain dimitió a raíz de los primeros reveses padecidos durante de la Segunda Guerra Mundial.
Churchill fue elegido para presidir un gabinete de concentración nacional justo antes que empezara la Batalla de Inglaterra. Fue entre las ruinas de las ciudades devastadas por las bombas cuando se forjó su leyenda. En las horas más bajas de la guerra, cuando la Gran Bretaña luchaba prácticamente sola contra los nazis, hizo honor a su promesa de ofrecer “sangre, sudor y lágrimas” y se convirtió así en el símbolo de la determinación y el orgullo británicos. Cuando el signo de la guerra cambió se hizo un lugar entre las dos grandes potencias mundiales que se repartían el mundo. En 1945 fue derrotado en las urnas por los laboristas, pero seis años después consiguió un segundo mandato. En 1953 ganó el premio Nobel de literatura. Ejemplos de esta efeméride en nuestra prensa española podemos ver los ejemplares de los periódicos "Madrid" y "ABC". El primero está fechado el 25 de enero de 1965 mientras que el segundo, debido a que los lunes no salía edición, es del día 26 siguiente.