martes, 19 de noviembre de 2019

25 años en la prensa de aquél día: las revistas


Tras haber resumido en el anterior artículo la disponibilidad de periódicos y sus principales características en función de la época en que se editaron, aquí trataremos el segundo producto más vendido en nuestro comercio: las revistas. Acotando también en el periodo comprendido desde el año 1900 hasta la actualidad, debemos decir que, a diferencia de los periódicos, hemos podido recuperar numerosas cabeceras y ejemplares del primer tercio del siglo XX, lo cual ayuda a compensar la escasez de periódicos. Así, pues, al solicitarse una fecha determinada, ante la falta de un diario, se ofrece a cambio la revista de la misma fecha o de aquella semana porque recogería las noticias y actualidades de la semana o del mes en que nació esa persona. Es decir, se ofrece la publicación que había en los quioscos de prensa cuando llegó al mundo quien es agraciado con el regalo de su efeméride natal. Ello es debido básicamente al hecho de que la calidad del papel y de la edición en general es claramente superior, lo cual ha permitido una óptima conservación, algunas de ellas incluso con una apariencia casi como nueva. Por ese motivo estaban elaboradas con alto presupuesto y editadas en imprentas de prestigio, siendo el resultado una edición con portadas a todo color y numerosas ilustraciones interiores: fotografías de alta calidad de fotógrafos nacionales e internacionales de prestigio en blanco y negro o sepia, e imágenes de caricaturas, dibujos y pinturas tanto en blanco y negro como en color que contribuían decisivamente a embellecer las páginas de las revistas.

 

La principal característica era la variedad temática, siendo las culturales y de crónicas de actualidad las más predominantes. Incluían cuentos y relatos cortos o largos en diferentes capítulos, artículos de opinión, noticias breves y variadas de la actualidad nacional e internacional, actualidad deportiva, ciencia y cultura general, una sección femenina y una sección artística con apartados como arquitectura, pintura, escultura, teatro y cinematografía.  A diferencia de las actuales, además de ser más elegantes, iban dirigidas a personas con un nivel cultural elevado y de clase social acomodada, luego ideológicamente eran revistas claramente conservadoras, casi siempre monárquicas y difusoras de los valores tradicionales. De ésta época disponemos de títulos como Alrededor del Mundo, Blanco y Negro, D'Ací i d'Allà. El Hogar y la Moda, Hojas Selectas, La Esfera, La Ilustración Hispanoamericana, Lecturas, Mundo Gráfico y Nuevo Mundo.

 

Éste estilo se mantuvo prácticamente invariable hasta finales de los años veinte del pasado siglo, cuando se empezaron a introducir revistas de carácter más popular y, por consiguiente, asequibles a las clases sociales más humildes. Ya durante los años treinta, bajo la Segunda República se divulgaron publicaciones semanales de crónicas de actualidad local, nacional e internacional que constituyeron interesantes noticiarios gráficos de la realidad de aquella época, incluso en algunos casos mostrando imágenes y reportajes de aspectos que antaño se censuraban o no se concebían como, por ejemplo, desnudos integrales, mujeres modernas en tanto equiparadas a los hombres y artículos acerca de la pobreza y la marginalidad social, es decir, barraquismo, drogas, bajos fondos de las ciudades, mendicidad, travestismo y prostitución. Por el contrario, las revistas elitistas y abiertamente conservadoras que tanto brillaron entre los años 1900 y 1930 se reciclaron a los nuevos tiempos adaptando su contenido y formato a una nueva demanda de lectores. Otras, en cambio, al negarse al cambio, terminaron desapareciendo. De este periodo tenemos interesantes cabeceras como Crónica, D'Ací i d'Allà, Estampa, Lecturas y Mundo Gráfico. Al estallar la Guerra Civil en 1936 la mayoría de las revistas dejaron de publicarse, muchas de ellas para siempre. Las que sobrevivieron, en cambio, fueron colectivizadas y editadas bajo control obrero y sindical, aunque debido a las circunstancias del conflicto la calidad tanto de la edición como del contenido disminuyó notablemente. Des este periodo las revistas que se han podido recuperar son muy escasas, como por ejemplo El Mono Azul, Destino y Fotos.

 

Ya en plena posguerra y bajo el régimen franquista la mayoría de revistas anteriores a la guerra ya no volvieron a ver la luz. Otras, de carácter monárquico y conservador reaparecieron adaptadas a los principios del nuevo orden nacional establecido como publicaciones culturales y de crónicas de actualidad. La más paradigmática fue Blanco y Negro. Eran tiempos en los que la censura era fuerte y toda noticia iba encaminada a ensalzar la dictadura. Surgieron nuevas cabeceras directamente simpatizantes con el franquismo cuyo contenido nada mostraba acerca de la miseria latente de los años cuarenta sino que se ofrecía una visión de paz y estabilidad. La nueva burguesía adicta al régimen acaparaba las portadas, igual que la Iglesia entendida como la institución pilar con gran capacidad de maniobrabilidad. Ejemplos de esa época son las revistas ¡Hola! y Semana. Otras, como Lecturas, pasaron a dejar su contenido literario a cambio de ofrecer crónicas de actualidad. Nuevas cabeceras como Destino ofrecían crónicas de actualidad y artículos de opinión, y la revista Mundo, de actualidad política y económica, constituyó un excelente cronista de la Segunda Guerra Mundial. Otros títulos de esa época y que tenemos disponibles son El Ruedo (de tauromaquia), Fotogramas (de cinematografía), Fotos (de actualidades), La Codorniz (satírica), Signal (de propaganda nazi y fascista) y Triunfo (de cinematografía).

 

Los años cincuenta representaron una continuación de los conceptos de la década anterior pero con la diferencia de que la recuperación económica permitió mejorar las ediciones con más páginas, mayor contenido, nuevos formatos y más calidad en general. Es una época de esplendor de las revistas de crónicas de actualidad, más abiertas a los contenidos internacionales tras haber finalizado la Segunda Guerra Mundial y haberse reconocido internacionalmente el gobierno de Franco. De todos modos, jamás se volvió al nivel cualitativo y artístico del periodo comprendido entre 1900 y 1930. De esta década ofrecemos títulos como Diez Minutos, El Caso (sensacionalista sobre sucesos y crónica negra), El Hogar y la Moda (especialmente dedicada a la mujer), Fotogramas, Fotos, Gaceta Ilustrada, Garbo, ¡Hola!, La Actualidad Española, La Codorniz, Lecturas, Life en Español (versión en castellano de la revista norteamericana para España y los países latinoamericanos), Mundo (de política y economía), Semana y Triunfo.

 

Los años sesenta constituyeron un cambio con respecto al periodo gris de la posguerra. Tras la entrada en vigor de la Ley de Prensa las revistas procedieron a modernizarse hasta el punto de equipararse a las de tirada internacional. Aunque inevitablemente el general Franco era el protagonista y no se podía eludir la campaña a favor del régimen, la difusión ideológica no fue tan incidente ni acaparaba tanto protagonismo como antes sino que el jefe del Estado aparecía en reportajes desarrollando sus funciones diplomáticas o bien en escenas familiares y de su vida cotidiana. La idea era ofrecer una imagen de normalidad social y económica. Muchas revistas cambiaron su formato, tanto el tamaño como la calidad del papel que pasó a ser mejor y comparable a las publicaciones de los años 10 y 20. Es decir, se tardó 25 años en recuperar el nivel de antaño. Aumentaron además el número de páginas añadiendo secciones especiales muchas veces destinadas a la mujer: cocina, moda, hogar y belleza. Las portadas pasaron a ser siempre en color, incluso los reportajes gráficos interiores más importantes y destacados.

 

Las noticias internacionales también mejoraron con un aumento de los corresponsales de otros países. Y lo más destacado es que algunas revistas de crónicas de actualidad como ¡Hola!, Semana, Diez Minutos y Lecturas empezaron a introducir reportajes acerca de la vida íntima de personajes famosos tanto de la política como del mundo artístico y cultural. Así fue como nació la llamada prensa rosa que poco a poco iría extendiendo su hegemonía. Este nuevo estilo de noticiario atrajo hasta el punto de que las revistas se popularizaron siendo ya asequibles a prácticamente todas las capas sociales, desde las más pudientes hasta las más humildes. Otras cabeceras como Gaceta lustrada, La Actualidad Española y Destino se mantuvieron como cronistas de actualidades nacionales e internacionales. Títulos como El Hogar y la Moda y Fotogramas se consolidaron como las más importantes destinadas a la mujer y a la cinematografía, respectivamente. Un caso aparte fue la revista Triunfo que, tras cambiar de editorial, pasó de ser cinematográfica a ser de actualidades, incluso ideológicamente muy aperturista y crítica hasta el punto de desafiar en numerosas ocasiones la censura y la suspensión de su edición. Cabeceras destacadas fueron las satíricas, frecuentemente atrevidas e irreverentes para la época y, por ello, muy vigiladas por las autoridades del régimen como Ajoblanco, El Papus, Hermano Lobo y Por Favor. Otro título interesante con voluntad aperturista y renovadora sobre actualidades sociales, políticas y económicas fue Cambio 16.
  

Ésta tendencia se mantuvo invariable hasta 1975 con el fin del régimen franquista. A partir de la Transición y hasta principios de los años ochenta hubo una etapa de decadencia en que algunas cabeceras cambiaron su formato a más sencillo y luego desaparecieron, principalmente las dedicadas a crónicas de actualidad. Sí sobrevivieron y luego reflotaron con más fuerza las que ofrecían páginas de prensa rosa, temática que acabó abarcando todo el contenido hasta el punto que esas revistas entre ellas eran muy parecidas y competían entre sí a ver cuál sacaba las mejores exclusivas de los personajes famosos.
Durante los años ochenta la prensa rosa pasó a ser la principal, tendencia que nos ha llegado hasta nuestros días y que todavía no ha sido superada. Desde entonces y en la actualidad ¡Hola!, Semana y Lecturas continúan siendo las cabeceras más importantes de España, las más comerciales y las que ofrecen ediciones de mayor calidad del mercado. De éstas últimas décadas, ya en periodo democrático, aparte de las tres revistas antes citadas, tenemos a disposición, entre otras, Blanco y Negro, Cambio 16, Diez Minutos, El Jueves, Fotogramas, Interviú, Pronto y Tiempo.